Cada color tiene un valor moral específico:
Rojo: Simboliza, por un lado, amor y calor, sensualidad y pasión, mientras que, por otro, simboliza rebelión y sangre, fuego diabólico y devorador. Es el color más violento y dinámico, y posee el mayor potencial para incitar a la acción.
Naranja: Evoca calor, fuego, destellos luminosos o rayos solares, luz y otoño. Dado que es un color frívolo resulta difícil tomar el naranja en serio.
Amarillo: Vibrante, jovial y amistoso. Es el color del buen humor y de la alegría de vivir. El amarillo atrae la atención del consumidor.
Verde: Incita a la calma y al reposo. Es un símbolo de salud, frescura y de naturaleza. Es el color de la esperanza. El puente de Blackfire en Londres, cuando se repintó de verde, el número de casos de suicidio se redujo un tercio.
Azul: El cielo, el agua, el mar, el aire, el espacio. Está asociado con lo fantástico, con la libertad, los sueños y la juventud. Inspira paz, relajación y sabiduría.
Púrpura: Expresa algo insalubre, triste y moribundo.
Marrón: Está asociado a la tierra, a la madera, a la calefacción y al confort. Evoca una vida saludable y un trabajo diario.
Negro: Representa la muerte, luto, dolor y soledad. No ofrece esperanza ni futuro. Por otro lado el negro puede conferir nobleza, distinción y elegancia.
Gris: Evoca terror, edad avanzada y muerte. Se usa con frecuencia como un color sucio.
Rosa: El rosa es tímido y romántico. Habla de intimidad, cariño, y de cosas que disfrutamos contemplando en soledad y silencio.
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