¡Al fin entendí lo que pretendía cierta filosófica persona cuando nos comentó en clase que iba a implantar la feliz idea de un blog a contrarreloj! Y nunca mejor dicho, pues en un plazo de unas semanas debíamos perfeccionar nuestras mentes, afilar nuestros comentarios y pulir nuestra expresividad para poder conseguir que 12 de nuestras entradas pasasen por dos filtros consecutivos, y alcanzasen la gloria en el blog del profesor, sumándonos 3 puntos de nuestra nota final de filosofía en el proceso. Algunos han sacado en claro, después de tamaña empresa, que el objetivo de esta proposición era mejorar nuestro ingenio y creatividad, cosa que en mí no ha obrado milagros, pues si veo una piedra, pienso en una piedra, y no en la de aventuras que habrá sufrido. Otros afirman que esta práctica pretendía mejorar nuestra capacidad de expresión; debo afirmar que esta idea me parece de lo más acertada, pues con palabras estrambóticas (y, debido a cortos vocabularios, en ocasiones incongruentes), y agudos comentarios una idea vacía se convertía en bella poesía. Sin embargo, y en mi opinión, la virtud que más aprecio de las que he conseguido afinar, ha sido la perseverancia, pues me doy cuenta de que poco a poco, las cosas se consiguen; y que las metas importantes no se consiguen con grandes cantidades de trabajo un solo día, sino con esfuerzos diarios constantes. martes, 19 de marzo de 2013
¡Eureka!
¡Al fin entendí lo que pretendía cierta filosófica persona cuando nos comentó en clase que iba a implantar la feliz idea de un blog a contrarreloj! Y nunca mejor dicho, pues en un plazo de unas semanas debíamos perfeccionar nuestras mentes, afilar nuestros comentarios y pulir nuestra expresividad para poder conseguir que 12 de nuestras entradas pasasen por dos filtros consecutivos, y alcanzasen la gloria en el blog del profesor, sumándonos 3 puntos de nuestra nota final de filosofía en el proceso. Algunos han sacado en claro, después de tamaña empresa, que el objetivo de esta proposición era mejorar nuestro ingenio y creatividad, cosa que en mí no ha obrado milagros, pues si veo una piedra, pienso en una piedra, y no en la de aventuras que habrá sufrido. Otros afirman que esta práctica pretendía mejorar nuestra capacidad de expresión; debo afirmar que esta idea me parece de lo más acertada, pues con palabras estrambóticas (y, debido a cortos vocabularios, en ocasiones incongruentes), y agudos comentarios una idea vacía se convertía en bella poesía. Sin embargo, y en mi opinión, la virtud que más aprecio de las que he conseguido afinar, ha sido la perseverancia, pues me doy cuenta de que poco a poco, las cosas se consiguen; y que las metas importantes no se consiguen con grandes cantidades de trabajo un solo día, sino con esfuerzos diarios constantes.
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