En la segunda estás en una fiesta con tus amigos pasándolo de muerte. Tus padres van a ir a buscarte a las 12. Empiezas a hablar con tus amigos y te ríes sin parar. En ese momento miras tu reloj y ya son las 11 casi sin darte cuenta. Te pones a bailar un rato y de repente te suena el móvil. Es tu padre que te dice que te está esperando en la calle porque ya son las 12.Estas dos situaciones se irán repitiendo de distintas maneras durante el resto de tu vida. El tiempo es valioso y único. Cada minuto que pasa es un minuto perdido y que no vas a recuperar. Tic, tac, tic, tac...
Rodrigo de S.
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