Más de 400 metros de altura y 110 pisos separaban lo más alto de las Torres Gemelas de la vida a ras de suelo. Su estructura de acero y su diseño (Minoru Yamasaki, 1966) estaban preparados para aguantar vientos huracanados (de hasta 225 km/h) e incluso el embiste de un avión, concretamente el de un Boeing 707, según aseguró Lee Roberston, ingeniero del proyecto, pero algo falló.
Apenas dos horas después del primer choque, las torres caían como un castillo de naipes, con una cuenta atrás de sólo 10 segundos. La versión oficial apunta al gran impacto de los Boeing 767, sumado a la carga de combustible y a los incendios que provocaron. Todo quedó reducido a escombros y envuelto en una nube de humo y polvo.
Al poco tiempo del atentado Osama Bin Laden afirmó que América había sido golpeada por un ataque suicida que se repetiría en cualquier país que siguiese los pasos del Gobierno estadounidense. Bin Laden cumplió su amenaza.
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