martes, 12 de marzo de 2013
La deshumanización del hombre.
La tendencia del hombre al pragmatismo y el individualismo tiene una única e inevitable consecuencia: la codicia. Ésta se ha arraigado en nuestras almas, levantando muros de rencor, odio y envidia. Como consecuencia, hemos tomado el camino equivocado. La tecnología, desarrollada para conseguir un mundo más justo, ha creado desigualdades económicas, sociales, culturales... ¿Qué hay de justo en eso? La ciencia, que tenía como objetivo un mayor conocimiento del mundo, no ha hecho sino acrecentar nuestra prepotencia y nuestro cinismo, hasta el punto de creernos Dios. Y lo peor es que no nos damos cuenta.
Conceptos como el bien común, la generosidad o el altruismo son rechazados en un mundo en el que solo importo yo y en el que todo, absolutamente todo, tiene un precio, donde nadie hace nada sin esperar nada a cambio. Hemos empezado a erradicar estas emociones de nuestra vida, sin darnos cuenta de que son precisamente éstas las que nos hacen ser lo que somos: humanos. Hasta que no recordemos lo que realmente somos, y por qué lo somos, la sociedad seguirá deshumanizándose, poco a poco. Hemos empezado a pensar, pero el precio ha sido dejar de sentir. Nos hemos convertido en esclavos de nosotros mismos.
Jaime.M
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