jueves, 14 de marzo de 2013

¿Por qué escribimos?

Por qué si quiere molestarnos, ¿acaso hacerlo cambiará algo? Seguiremos igual, entonces ¿para qué hacerlo? Para crear nuevos mundos, para vivir otras vidas, para enseñar, para compartir experiencias, para ganarse la vida. Se ha perdido la esencia de la cuestión porque escribir obligados es como haberle dicho a Cervantes que se diese prisa en escribir el Quijote, habría sido como forzar al artista, forzar a la mismísima inspiración. Además, el valor que tiene es nulo, al estar vacío, pura plasticidad. Se trata de transmitir, comentar,analizar o contar.
Porque las grandes revoluciones no se han llevado a cabo ni a gritos ni por la fuerza, sino por la cultura, por una ideología. Y estas se transmitían por medio de los libros. Siempre se ha apelado a diferentes aspectos del ser humano: el orgullo, el honor. Hoy en día tiene más que ver con sentimientos. Se busca el cambio brusco: euforia,tristeza, alegría. Para desorientar, que el receptor no pueda ni levantar cabeza. Se busca manipular, controlar, que el que lee o escucha haga lo que decimos. Se ha perdido el significado de apelar.


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