domingo, 10 de marzo de 2013

Benditos exámenes

Llega la época más temida del año por los estudiantes, la época de exámenes, temida porque en una escasa semana el estudiante se ve obligado a salir de su burbuja en la que no hace nada, y se la tiene que jugar, estudiando en siete días más de lo que lo hará en el mes siguiente junto. Es una época de repaso (como el alumno estudia día a día ya se lo sabe todo, ¿O creéis que estaría colgando una entrada la víspera de Lengua e Inglés si no fuese así?) y de dudas de última hora, en la que los alumnos más aplicados son constantemente bombardeados a preguntas que responden con una seguridad aplastante, como: "¿en la analizante era primero la tesis o al revés?" (Un nombre viene a mi cabeza poderosamente). Es una época de prestar y tomar prestados apuntes, de estudiar en el coche, la ruta, en lectura misa y hasta en otras clases si hace falta.


A veces el ambiente está tan tenso que parece que se pueda cortar con un cuchillo. Cuando llega la hora del examen proliferan frases como "Que Dios reparta suerte y no justicia" o "¿¡Quien me deja una hoja de examen!?" seguidas de los variados rituales que tiene cada alumno, desde estampas a besar una medalla de la Virgen. Cuando dan el examen se oyen susurros del estilo de: "¡Vamos!" si el examen es fácil o "¡Pero si esto no lo hemos dado!" (son una excepción los exámenes de química y filosofía, en los que la gente está demasiado concentrada intentando descifrar los enunciados que nadie abre la boca) Sin embargo, os aseguro que la satisfacción de salir del examen y pensar "se lo he clavado" no tiene precio.



Jaime.M

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