Sin embargo, de vez en cuando, el principito observaba algún pez que empezaba a nadar en dirección contraria. De repente todos los peces se apartaban de él, como si no quisieran estar con él. El pez, abrumado porque no tenía a nadie con quien nadar, acababa volviendo a nadar en el sentido del grupo. El principito vio esto muchas veces, y se sorprendió. Al atardecer, el principito se marchó de ese planeta pensando en lo que había visto, y se preguntaba:
-"¿Por qué van todos en la misma dirección? ¡Vaya vida más aburrida, seguro que nunca han estado en el centro de la laguna, sólo se mueven por el borde!"
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