-¡Buenos días! - dijo el principito.
-¿Cómo que buenos días?- respondió el mentiroso. -¿No te das cuenta de que es de noche?
-¿De noche? -preguntó el principito, bastante extrañado.
-Sí, de noche.
-Entonces, ¿cómo es que veo el Sol? - . Si fuese de noche no podría verlo.
El mentiroso se quedó pensativo un rato: - Eso es porque el Sol no está realmente ahí. Es una ilusión que he creado con mi poder -.
-¿Tu poder? ¡Háblame de tu poder!
-Tengo un poder ilimitado. Si quisiera podría, podría.....¡Hacer que las estrellas se apagasen para siempre!
-¡No lo hagas por favor! Las estrellas no han hecho nada, pobrecillas.... ¿Por qué no usas tu poder? Si yo tuviese un poder tan maravilloso lo utilizaría para.... ¡ver todas las puestas de Sol que quisiera!
El mentiroso ignoró al principito.
-¿Por qué? - inquirió el principito, que en su vida había renunciado a una pregunta una vez formulada.
-Porque.... me canso cuando utilizo mi poder.
-Ahora no pareces cansado.
-Ya bueno.....es complicado. Tú no lo entenderías.
-¿Por qué no?
-No lo entenderías y punto.
El principito comprendió que le estaba intentando engañar para hacerle creer que era especial y se marchó profundamente apenado del planeta.
Jaime.M
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