Cuando el Real Madrid y el Barcelona se enfrentan, el país se paraliza por completo. Los aficionados solo piensan en llegar a casa, ponerse la camiseta de su equipo y sentarse en el sofá para ver la previa del partido. Los 90 minutos se viven en máxima tensión, animando y discutiendo con el televisor sobre cualquier decisión que tome el árbitro. Cuando acaba el partido, unos se lamentan por la derrota mientras que otros salen a las calles a celebrar la victoria.Este partido determina el estado anímico de cada uno durante los días siguientes, y se convierte en el centro de atención de los medios deportivos durante un par de semanas. Algo así solo es capaz de producirlo un partido entre estos dos equipos.
La rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona es incomparable con cualquier otra que haya en el mundo del deporte, y es , a su vez, la más bonita de todas.
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