No sé para vosotros, pero para mi los lunes de colegio son todo un reto. Y es que da igual si te has acostado a las 8 de la tarde del sábado, en cuanto pones un pie en clase tus párpados empiezan a pesarte, como si no quisieran ser testigos del sufrimiento que pasamos en clase de matemáticas. Por eso, he recopilado una serie de excusas en el caso de que tu profesor te pille echando una cabezadita:
1. - Me dijeron en el banco de sangre que esto podía suceder...
2. - Es sólo un descanso de 15 minutos para recuperar las energías, tal y como me enseñaron en el curso de aprovechamiento del tiempo que ustedes nos recomendaron...
3. - Sólo estaba imaginando cómo es la vida de un ciego...
4. - ¡No estaba dormido! Estaba pensando sobre mi futuro...
5. - ¡No estaba dormido! Estaba comprobando si mi cuaderno es resistente a las babas...
6. - Estaba haciendo un ejercicio de yoga para aliviar el estrés del fin de curso, ¿Acaso aquí se discrimina a los que practicamos yoga?
7. - ¿Por qué me interrumpe? ¡Casi tenía la solución de ese problema!
8. - La máquina de café de mi casa estaba rota...
9. - Por los siglos de los siglos. Amén.
Y la décima es una que sorprendentemente le funcionó a un amigo en clase hace varios años:
"Estaba soñando algo que era igual que la realidad, por eso no me despertaba" - Anónimo.
Ignacio M.
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