Os voy a contar mi relación con la Filosofía. Todo empezó con nuestra primera clase, (la recordaréis bien), esa en la que nuestro profesor de filosofía nos hizo una simple pregunta: "¿Qué pensáis que sería mejor para el gobierno de un país, pagar un dineral a los políticos o no pagarles nada?", empezamos a debatir todos y, guiados por las palabras de nuestro profesor, llegamos a una conclusión en la que coincidíamos toda la clase, pero a pocos minutos del final nuestro profesor dijo en menos de dos minutos unas cuantas palabras que nos rompieron todos los esquemas, y ya ninguno de nosotros sabía cual era la mejor opción, y nos dejó así, sin decirnos su opinión, cosa que hace siempre dejándonos con la intriga.
Esta clase consiguió asustarme, siempre hemos estado acostumbrados a que las cosas nos las enseñaran de una manera que es así indiscutiblemente, pero en Filosofía es al contrario, todo se deja en el aire, nunca se sabe la respuesta, únicamente se sabe las opciones que hay, y cómo argumentar la posición que defiendes ya es cosa tuya.
Primer examen de Filosofía de mi vida, yo tenía miedo de cómo iba a ser, pero al acabar me quedé contentísimo de cómo me había salido, tan contento que al llegar a casa fue lo primero que le dije a mi madre, con las siguientes palabras exactamente: "Mamá, Filosofía se me da genial, voy a sacar un 8 mínimo en el examen y al final de curso seguramente un 10".
Pero al recibir mi examen esta fue la cara que puse:
Había conseguido una nota que no esperaba para nada, un grande e impresionante 0, sí, un 0 redondo. Yo esperándome un 8 y saco un 0, como os imagináis mi desánimo fue grandioso, pese a los "no pasa nada, es normal" que repetía nuestro profesor. Pensé que era una asignatura imposible que no iba a conseguir aprobarla ni en 100 años, pero aun así no me rendí.
Llegó el segundo examen, que era el de evaluación, me lo preparé con un compañero, y me salió de 10, pero sabiendo lo que me ocurrió en el examen anterior no me ilusioné mucho, y esperé nervioso a ver mi resultado. Saqué un 5'5, que no estaba nada mal, era de los pocos que había aprobado. Y en el tercer y último examen hecho hasta la fecha conseguí sacar un 8'5, produciéndome una gran alegría.
Pues ya podéis ver como el que empezó siendo el peor de la clase a conseguido sacarse la asignatura, prueba más que suficiente para hacer ver que no es tan difícil.
¡Vosotros también podéis!
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