martes, 26 de febrero de 2013
Me siento como un capullo...
Me siento como un capullo cada vez que miro atrás y veo que tenía que haber dado más de mí. Cuando corrijo un examen viendo que me lo sabía, cuando veo mis notas sabiendo que tendrían que ser mejores, y en tantos momentos en los que no dí lo mejor de mí y luego me arrepiento. En estos momentos me enfado conmigo mismo y me doy vergüenza...
Yo tengo 16 años, y no pretendo dar una charla sobre mirar con perspectiva ni nada de eso, ni mucho menos. Hablo de mí y de tí, hablo de sentirse orgulloso del trabajo y no lamentarse por haber ido por la vía cómoda. Junto con esto también diré que es inútil lamentarse, que no va a cambiar nada. Recordar lo que has hecho mal sólo sirve para ver en qué tienes que mejorar.
En esta entrada quiero decir únicamente que no dejes de luchar, luchar contra tí y contra la pereza; lucha para sacarte adelante y para poder sentirte orgulloso.
Y también quiero recordar que caerse es inevitable, levantarse es el triunfo.
Diego R.
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