Y fue una mala persona porque me mintió. La magia existe. Está en todas partes. Forma parte de nuestras vidas, la vemos todos los días. Es cierto que no vemos a ningún anciano gritando “Abracadabra” por la calle, pero ahí está. Pensemos en que cosas creíamos que hacían los magos. El primer hechizo que el mismísimo Harry Potter aprendió: volar. Pero ¡Si nosotros podemos! Y si no, ¿Quién no se ha montado nunca en un avión? ¿O no ha visto nunca un helicóptero? Sigamos pensando ¿Qué más cosas hacían los magos? Podían iluminar su varita en la oscuridad. Es cierto que no con palabras mágicas, pero nosotros podemos iluminar nuestras linternas en las noches de campamento. Y como estos tantos ejemplos.
Como he dicho, todavía no hemos descubierto ningunas palabras mágicas para hacer estas y tantas cosas. Pero lo hemos descubierto con la magia de nuestra inteligencia. Que, pensándolo detenidamente, solo es una de las muchas formas de magia.
Sigamos pensando en cosas de magos. Podían manipular las mentes de la gente para que hicieran lo que ellos querían. Es cierto que nosotros todavía no hemos llegado a ese grado de perfeccionamiento, pero ¿Quién no se ha emocionado nunca con una canción? ¿O al menos no le ha cambiado el ánimo escuchándola? La música es una de las magias mas poderosas, capaz de emocionar al ser más bravo y de amansar a la fiera más hambrienta.
Efectivamente, la magia está ahí y forma parte de nuestras vidas. Incluso nuestra propia vida es una cuestión de magia. Hemos estudiado cientos de años luz alrededor nuestro, y todavía no hemos encontrado nada parecido a lo que nosotros llamamos vida.
Muchos dicen que es fruto del azar, o de la casualidad. Yo creo, que como en el caso del enfrentamiento entre Ulises y el cíclope Polifemo, existe en este mundo un Alguien disfrazado de Nadie, con un disfraz tan bueno, que hace pensar a algunos que toda esa magia es fruto del azar.
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