La diferencia es muy simple: Cuando notas esos escurridizos granos de arena pasando suavemente entre los dedos de los pies, cuando hundes el pie en la arena y notas frío; un frío familiar, especial, un frío acogedor, entonces ahí cierras los ojos y te das cuenta de que algo maravilloso ha empezado. Ese verano que llevabas esperando desde el quince de Septiembre del año pasado, por fin ha llegado. Los planes con tus amigos, las carreras por la orilla, los aperitivos en la playa con toda la familia, los saltos a la poza, enterrar a tus amigos hasta la barbilla... Por fin.
Y lo mejor es que desde ese momento te quedan dos meses y pico para seguir a tu bola, desconectado de todo lo que te preocupa, siendo FELIZ.
``No seas tonto y gánate el verano de tu vida.´´ Papá
Santi L.
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