¿Quién no ha sufrido alguna vez en sus 11 años de colegio la presencia en clase de niños que tienen deficiencias en su aparato excretor? Sí, habéis oído bien. Me refiero a aquellos niños que tienen gases y no tienen ningún problema en librarse de ellos. Pues bien, debido a la presencia de uno de estos sujetos en mi clase me veo obligado a escribir este texto.
Estos alumnos tienen un don para provocar un gran alboroto en tan sólo unos instantes. Por este alboroto, algunos profesores se enfadan y ponen ejercicios extras a todos los alumnos. A su vez, dañan el bienestar de los componentes de la clase, ya que llegan a producir mareos en algunos niños.
Para finalizar, me gustaría hacer un llamamiento a aquellos que se han dado por aludidos, con el fin de que en vez de pagarla con el que tienen detrás, se corten un poco y pidan permiso para ir al baño.
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