Hoy lunes 11 de febrero de 2013, ha saltado a las primeras páginas de toda la prensa de intenet, noticiarios, radios y tertulias, la NOTICIA: EL PAPA RENUNCIA.
Como cualquier noticia que afecta a la Iglesia Católica y al sumo Pontifice, esta declaración del Santo Padre ha sido más bien criticada (para variar, nunca se sabe como acertar).
La verdad es que es una noticia que no nos puede pillar desprevenidos, ya que en alguna ocasión el Santo Padre ha hablado sobre las renuncias de los Papas en caso de que no se encuentren en plenas facultades. Así cuando fue entrevistado en 2010 para la publicación de su libro "Luz del mundo", ya habló de dimitir si era demasiado viejo o estaba demasiado enfermo para continuar:"Si el Papa se da cuenta claramente de que él ya no es física, psicológica y espiritualmente capaz de manejar los deberes de su cargo, entonces tiene el derecho, y bajo ciertas circunstancias la obligación de renunciar" dijo Benedicto XVI.
Yo creo que la decisión tomada por el Santo Padre, que me imagino habrá sido difícil y muy meditada, es una decisión que le engrandece y le humaniza. Dejo aquí dos párrafos de su mensaje de renuncia:
... Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mi de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado...
Los jóvenes, y no tan jóvenes españoles siempre recordaremos a Benedicto XVI en la JMJ en Madrid. A pesar de su avanzada edad, de la lluvia, rayos y truenos en la vigilia con los jóvenes en Cuatro Vientos, allí estaba el Santo Padre, con todos nosotros para compartir con los jóvenes su oración y sus palabras:...Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro ni a vuestra debilidad. El señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su nombre en toda la tierra...
El Santo Padre se va y nos quedamos un poco huérfanos, pero permanece toda su sabiduria a través de sus encíclicas, sus libros y sus palabras. Hasta siempre.
Álvaro D.
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