Ya en el aeropuerto, después de sufrir la cola interminable del control de pasaportes, tener que quitarme casi toda la ropa y que me cachee un policía porque ha pitado la máquina de metales, nos dirigimos por fin a la puerta de embarque.

Todavía no hemos salido de Madrid y ya sabemos que nos vamos a mojar y congelar. Hay que cambiar de actitud! El tiempo no nos va a fastidiar nuestras vacaciones, como dice mi madre, tenemos que ver la botella medio llena y no medio vacía. Haremos un cambio de planes, en lugar de ir a la primera visita que teníamos planeada tendremos que ir a una tienda a comprar un chubasquero. A lo mejor se han equivocado y cuando lleguemos tenemos el tiempo que esperábamos.
''El buen tiempo y el mal tiempo están dentro de nosotros, no fuera''
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