Pasemos ahora a la primera parte, el réquiem. En primer lugar, me gustaría afirmar que la sociedad se basa en el consumo masivo de bienes que muchas veces no necesitamos, o de bienes que sí necesitamos pero que están diseñados para que se inutilicen demasiado pronto (obsolescencia programada). Bien, es esta misma sociedad la que, en mi opinión, sustituye, o tapa, nuestros sueños, nuestras aspiraciones, por otras que no son las nuestras, que no necesitamos ni queremos, pero creemos que sí. De esta manera, la sociedad se asegura un consumo constante, y unos consumidores que aspiran a los nuevos productos. Debido a eso, la gente obtiene trabajos que muchas veces no les gustan, pero que necesitan para obtener dinero y poder seguir consumiendo.
Por esto elegí este título, porque los sueños de muchas personas mueren o se hunden, y se llevan la vida de esas personas con ellos, dejando individuos cuyo fin es consumir para provecho de una sociedad que se sostiene en la perdida de esos sueños. Por ellos y por esas personas entono un réquiem.
Pero llegará el momento en el cual los sueños serán tantos y tan intensos que la sociedad no podrá taparlos. Y la verdad es que siempre estuvieron ahí. Así pues, yo te animo a seguir soñando. Que nadie te quite tus sueños, y una vez los tengas, no los abandones, lucha por ellos.
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